Ambiente de
Aprendizaje: Una Construcción Pedagógica
Primero recordemos la
raíz etimológica de ambiente y que tiene múltiples conceptos, pero empecemos
que significa, procede del vocablo ambiens, ambientis, “que rodea”, derivado
del verbo latino ambitus (Corominas, 1980). Según la Real Academia Española
(1992), el término deriva del latín ambiens,-entis, de ambiere, que significa
“rodear”, “cercar”.
Tal aclaración nos
conduce a manifestar que el ambiente “involucra todo aquello que rodea al
hombre, lo que puede influenciarlo y puede ser influenciado por él” (Morales,
1999:31).
Según Díaz Barriga
(2013), un ambiente de aprendizaje es un "espacio
dinámico donde interactúan docentes, estudiantes, contenidos y recursos para
lograr objetivos educativos". Este concepto enfatiza la intencionalidad
pedagógica, ya que no solo incluye el aula física, sino también estrategias
didácticas, relaciones interpersonales y clima emocional.
Coll (2004) sostiene
que los ambientes de aprendizaje deben ser diseñados para promover la participación
del estudiante, integrando metodologías como el aprendizaje colaborativo o
basado en proyectos. Por ejemplo, un aula invertida (flipped classroom)
redefine el ambiente tradicional al trasladar la instrucción directa fuera del
aula y dedicar el tiempo presencial a actividades prácticas (Bergmann &
Sams, 2012).
